«Hay que educar los ojos para que la alegría aumente»
Rubem Alves Filosófo y educador Brasileño
Hay que educar los ojos para tener grandes resultados, hay que construir a las personas desde adentro para que sean todo aquello que las empresas e instituciones requieren.
Cuando Alves hablaba de educar los ojos se refería a la labor de educar, de inscribir en el alma de los niños la alegría para que sus ojos la buscarán y hallarán a lo largo de su vida, para que pasaran de largo todo lo demás, hallar la alegría como forma de vida.
En una empresa sucede lo mismo, hay que formar a las personas para que encuentren oportunidades, para que ignoren los obstáculos, para que su actitud hacia los retos y desafíos sea emocionalmente más sana, menos frustrante, una filosofía de vida.
Las personas son lo que sus experiencias han hecho de ellas, normalmente no hay un propósito en su educación, nadie les enseña a buscar lo mejor en los demás o a encontrar aprendizaje o soluciones ante los retos y problemas.
Las empresas les forman para vender, para dar servicio, para manejar equipos, para lograr objetivos, dejando de lado la parte más importante, la que tiene que ver con la emocionalidad de la persona, la que determina sus decisiones, sus miedos, sus fobias, sus motivaciones.
Esa es la parte que hay que transformar, «hay que educar los ojos para que la alegría aumente», hay que transformar al que mira, hay que ayudarlo a mirar aquello que necesita aprender a mirar, a descubrir, a darle una armonía y sentido a su interior para que se vea reflejado en sus resultados.
Trabajar la actitud nada tiene que ver con la motivación, la primera es profunda y reflexiva, la segunda puede ser momentánea y superficial, el trabajo con la primera es llevar a la realidad a la persona y la segunda es proyectarla al futuro.
La actitud permite a la persona vincular sus actos con su trabajo, con sus resultados, le da un sentido a lo que hace y la hace altamente efectiva, no declina en el tiempo, por el contrario, se fortalece e incrementa su efectividad, hace significativa cualquier labor al ligarla con la vida diaria, al incorporar su actividad profesional a su visión de la vida.
Hay que educar los ojos para que los resultados aumenten, para que el clima laboral se transforme, para que el servicio a los ciudadanos tenga un valor agregado, hay que trabajar con las personas desde su interior, con aquello que les significa, para que transformen su relación con la vida de manera integral.
Martín Arellano S.
Expositor Profesional.
ENFOQUE Programa de Formación.


Deja un comentario